De hecho, si no fuera porque la gente suele dormir a estas horas y alguien se podría molestar, estaría trasteando con la guitarra en lugar de escribir. Pero el teclado del ordenador hace menos ruido. Me conformo con la música de otro que, por cierto, lo hace mejor que yo.
La parte neomarxista de mi mente acaba de parir la curiosa teoría de que los poderosos han impuesto al proletario que las horas de sueño sean por la noche para atajar su periodo más fructífero. No interesan tantas mentes activas. Cansados y ocupados en el tajo durante las horas de luz, entretenidos en el primer tramo de la noche con los programas de televisión y, después, a dormir.
Hay tantas cosas que pensar y tan poco tiempo. Hago balance de la semana y de los pequeños momentos que me dejó; del primer mes de 2012, que espero no sea un espejo del resto del año; me planteo cómo la vida puede cambiar en poco tiempo… Y mientras tanto, de pronto se me ocurre que me podía haber servido una copa hace rato. Pero ya es demasiado tarde. Entonces es cuando no me acuesto hasta que amanezca.
Espero que hayáis disfrutado esta noche tanto como yo, haciendo lo que más os guste o, al menos, haciendo algo. Os dejo y me quedo con mi música. Ojalá esta lucidez siga conmigo cuando despierte mañana.
“And when the night is cloudy
There’s still a light that shines on me
Shine on ‘till tomorrow
…”
There’s still a light that shines on me
Shine on ‘till tomorrow
…”