martes, 10 de enero de 2012

El mundo desde mi estufa

Encima de mi mesa camilla, una carpeta con fotocopias de Sociología, de Anthony Giddens. Una década después se ha vuelto a cruzar en mi vida. Quién me lo iba a decir. Mientras, en la tele, los Españoles en el Mundo – mi única escapatoria desde que no viajo – visitan montañas, templos y monjes en Nepal.

La noche y el día comparten espacio en mi cuarto de estar. Parece mentira que estemos hablando del mismo planeta. Mientras el sociólogo da vueltas en sus páginas a la globalización, un santón con una barba gris de dos cuartas le da vueltas, y chupetones, a un canuto de marihuana en sus manos.

No puede haber dos formas más distintas de enfrentarse a la vida: analizar cada pequeño dato para pontificar sobre cómo cambia el mundo y hacia dónde se dirige la especie humana o perderse de todo, sin molestar a nadie y sin que nada te moleste, a la sombra de una estupa. Del segundo, algunos dirán que no ha hecho gran cosa en su vida. No sé. Tampoco estoy seguro de que el primero haya conseguido cambiar nada.

El estilo de vida de esos monjes me resulta más interesante que el que pueda llevar el señor Giddens, pero sé que no es el mío y que nunca lo será. La globalización no ha conseguido cerrar la gran brecha que nos separa, a pesar de los intentos de introducir las religiones y filosofías orientales en la vida de occidente. Eso sí, merecen una visita. Y algún día se la haré.

1 comentario:

  1. Nunca me había dado cuenta, al menos no tan claro como ahora, de que somos más diferentes de lo que creemos, que una simple (y casi nunca es simple) frontera lo cambia todo.
    Por cierto, que yo también me tiraba las noches viendo Españoles por el mundo, y alguna vez lo he visto por aquí desde su página web,jiji.

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