domingo, 3 de junio de 2012

Ganan los cuernos


Hace varios días que todas las cadenas repiten la noticia de un pueblo de Cáceres que va a votar en referéndum si dedicar 15.000 euros a comprar vaquillas para las fiestas o a crear algunos puestos de trabajo eventuales. El tema en sí me parece una chorrada más de las muchas que recogen las teles para rellenar informativos de una hora. En un esfuerzo por buscarle algún interés, me he fijado en cómo algunos vecinos justifican ante los periodistas sus votos. Por cierto, al final han ganado los toros. Una decisión que, a mi entender, habla mucho de la naturaleza humana: lamentable.

Lo primero que me chirría es la cobardía del gobierno municipal, que ha sido elegido para representar al pueblo y decidir por ellos. Sin embargo, ante una medida difícil como es dejar al pueblo sin fiestas, escurren el bulto y dejan la responsabilidad de la elección a los ciudadanos. Es como si Rajoy convocara un referéndum cada domingo sobre los recortes que propone el Consejo de Ministros cada viernes. Tan fácil como irresponsable.

Pero alucino aún más con los argumentos de los que piden los toros. “Es que ese dinero no da para tantos trabajos”, “5.000 euros no solucionan nada”, “es que los trabajos siempre van para los mismos”. En cuanto a las dos primeras razones, es difícil creer que la economía local vaya tan bien como para que a tres familias no les vengan bien 5.000 euros. Sobre la tercera explicación, sin conocer a fondo la situación, se me ocurren dos motivos: la envidia o el enchufismo. Ambos me encajan bien en el perfil del humano medio, así que dejo aquí los dos apuntes y no me decanto por ninguno.

Pero no todo es malo. También hay gente, más cabal a mi juicio, que estaba dispuesta a sacrificar un año de la fiesta del pueblo por sus vecinos. Después de sacrificar la educación y la sanidad sin que nadie haya preguntado, esto tampoco debía suponer un esfuerzo tan grande, digo yo.

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