domingo, 1 de julio de 2012

Alegría y banderitas


Soy de los que me asombro por el gran espíritu nacional que se destapa en días de Eurocopas, Mundiales y competiciones deportivas en las que un español tiene posibilidades de ganar. Sin embargo, no por eso me parece mal que pasen cosas así. La gente parece contenta, y eso no es poco en estos tiempos.

¿Es malo que alguien se alegre por una tontería? Es más lamentable ponerse triste por algo insignificante, pero si el resultado es ser feliz no veo el problema. Es evidente que nadie va a despertar con una vida diferente este lunes porque la selección haya ganado la Eurocopa. De la misma forma que no lo habría hecho si el resultado hubiera sido el contrario.  Pero tampoco creo que se haga daño a nadie por ilusionarse con estas cosas.

Hay quienes se quejan de que la gente preste tanta atención al fútbol y tan poca a otros asuntos más importantes. Y llevan razón, pero apuesto que si España ni siquiera hubiera jugado este torneo, los niveles de atención hacia el resto de la actualidad tampoco hubieran sido superiores. El problema no es el fútbol, sino la educación de una sociedad convencida de que bastante tiene con preocuparse por su día a día como para ver más desgracias en los telediarios. Y no hay que echar la culpa de eso al deporte, sino a los propios despreocupados y, sobre todo, a quienes los hicieron ser así.

A otros, o quizá a los mismos, les preocupa el dineral que habrá que pagarles a los jugadores por ganar la Eurocopa. Y yo me pregunto: ¿qué partida de los presupuestos contiene este desembolso? Porque imagino que no hay un capítulo especial titulado “Por si acaso ganamos la Eurocopa”, con una asignación de varios millones. Con lo cual, supongo que lo sacarán de lo que ya hemos pagado.

A ver si va a salir de lo que se va a ahorrar en medicamentos. Y aún voy más lejos: ¿sabe algo al respecto la Unión Europea? Seguramente no, porque de otra forma lo habrían mencionado entre sus sugerencias, igual que lo de subir el IVA.  

De todas formas, sería un gesto que los jugadores – dada la situación que atraviesa el país al que representan y el mal nombre que tienen ahora las primas, por todo lo que está molestando la de riesgo – decidieran no cobrar su recompensa… Que siga soñando, ¿no?

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