domingo, 6 de mayo de 2012

Tintin en Liverpool (II): Twist and shout - En la caverna


The Cavern Club es una referencia fundamental para cualquier amante de la música que visite Liverpool. Aunque no se conserva el local original, el lugar actual sigue manteniendo una cierta magia, que atrapa al menos a todo aquel que se quiere dejar llevar por ella. Más allá de recuerdos y referencias a otros artistas que son claramente posteriores a los comienzos de los Beatles en el local, es fácil imaginar el ambiente que allí se respiraba hace medio siglo.


 Un penetrante olor a ambientador de cuarto de baño invade la nariz del visitante nada más bajar la escalera que da acceso al club. La baja bóveda que cubre la estancia hace imaginar que allí ha olido a cosas peores, en otras épocas, cuando el humo del tabaco – y cosas peores – se mezclaban con el poco aire que entra de la calle. Así que es mejor no quejarse.

Unos pocos focos de colores dan la luz suficiente a un local pequeño y oscuro. Al fondo, un cuarteto recuerda grandes éxitos de los Fab Four. Ante ellos, una pequeña multitud baila y corea uno a uno los temas que van tocando.

Quizá ha cambiado un poco el perfil medio de la audiencia. Los jóvenes de principios de los 60 han dejado paso a familias, matrimonios de treinta o cuarenta años con sus hijos pequeños, cincuentones melancólicos que recuerdan años mejores, jóvenes curiosos que querrían haberlos conocido y alguno que, al menos por edad, pudo haber coincidido con John, Paul, George y Ringo en sus noches locas aquí.

De vuelta a la calle, Mathew Street sigue recordando el ambiente de su mejor época. Los curiosos se mezclan con los liverpulianos entre estatuas de sus ídolos, carteles con su imagen, locales que usan sus nombres o el de sus canciones como ganchos fáciles y la música, que suena por todas partes.



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