martes, 8 de mayo de 2012

Tintín en Liverpool (III): Penny Lane - Postales de Liverpool


Llegados a esta tercera entrada, creo que la ciudad se merece algo más que referencias a sus habitantes más célebres. Digamos que es uno de los puntos fuertes de la ciudad, pero no el único. Liverpool es un lugar peculiar, lleno de contrastes. He de confesar que no me había documentado mucho antes de este viaje. El plan era dejarse llevar. Por eso, tenía en mi cabeza la imagen de la típica ciudad británica: casas bajas, puertas de colores y ese tipo de cosas. 


Efectivamente, esa es una de las caras de la ciudad. Pero quizá, precisamente por esperada, la menos atrayente. Por el contrario, mi primera toma de contacto, nada más bajar del autobús del aeropuerto y de camino al hotel, es con una calle franqueada por construcciones de apariencia industrial reaprovechados para negocios más actuales.


 Lo más llamativo llega en mi primer paseo, que me lleva al centro comercial. Se trata de una decena de calles y avenidas peatonales en las que los edificios alternan fachadas que evocan a la arquitectura más clásica con modernos bajos, invadidos por las principales multinacionales de ropa, complementos o comida. Otro genial ejemplo del impacto visual. He de decir que éste es el que menos me ha agradado de todos los que recuerdo, pero hay que admitir que quizá esa intervención es la que permite que el resto del edificio siga en buenas condiciones y las calles llenas de vida.


Entre calles de típicas casas inglesas, algunas de ellas ocupadas por el barrio chino, se levantan dos singulares catedrales. La Catedral de Liverpool, anglicana, es una moderna edificación que imita el viejo estilo de las grandes construcciones religiosas. A menos de un kilómetro, la Catedral Metropolitana, católica, es todo lo contrario. De planta circular y apariencia de bar de copas por su iluminación, casi que dan ganas de ir a misa por echar un vistazo.


Lejos del centro, los suburbios muestran una realidad totalmente distinta, donde los últimos establecimientos son tiendas de alimentación y casas de apuestas. Los alrededores de Penny Lane, famosos gracias a alguno de sus antiguos paseantes, y otros tantos barrios sin tanto nombre, son una sucesión de casas cuadradas, de ladrillo rojo y grandes ventanas, mínima expresión de la belleza y la creatividad arquitectónica. 



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